Autor: Daniel Benitez

Nos reconocemos allí en la decisión firme, en la voluntad, nos vienen a la mente frases como: “Esta vez va en serio”, “Lo voy a lograr”, “Ya lo tengo decidido” y frases de comunicación anímica por el estilo.

Pero sin embargo a pesar de nuestra sinceridad con nosotros mismos y los demás, la convicción con que lo decimos…, volvemos a fracasar una y otra vez. No alcanzamos la meta y nuestro proyecto tan animado al principio va perdiendo revoluciones como un automóvil que se queda sin combustible en la ruta y se ve detenido.

Los que fracasan cuando triunfan, el famoso arrugue de barrera, tienen siempre una explicación desde una lógica que se pueden encontrar en las coordenadas de nuestra historia.

¿Qué es lo que nos sucede? si estábamos convencidos, decididos, animados a lograr nuestra meta, propuesta con tanto entusiasmo inicial.

Antes de irnos por los laterales de la cancha como si fuéramos una bola de bowling, echándole la culpa al destino, a la suerte, etc., debemos pensar que lamentablemente en muchas cosas de la vida no es suficiente la firme voluntad, la decisión, las ganas, ya que intervienen otros factores que inciden indirectamente en la realización de nuestros planes de mejora personal.

Intentemos visualizar al deseo como si fuera un árbol… la copa y el tronco serían las ganas, la intención, la decisión, el entusiasmo, por decirlo de alguna manera, lo consciente, pero no podemos olvidar la parte que no se ve, y que también juega un papel importante en nuestros logros y fracasos.

Los pensamientos, sentimientos y las acciones deben de estar alineados con el objetivo. Podemos pensar “quiero ser rico”, pero si nos sentimos pobres no atraeremos fortuna a nuestra vida. Se piensa una cosa y siente otra distinta. Y cuando el inconsciente va en contra de nuestro objetivo los resultados también lo serán.

Esa parte no visible debe considerarse también. HAY QUE ENTENDER AL DESEO COMO UN “TODO”.

Pedir ayuda cuando quedamos detenidos en el medio de nuestro entusiasmo de superación.

El objetivo de lograr alguna meta en la cual hemos fallado varias veces debe ser profundamente analizado para reencontrarnos con los verdaderos obstáculos y superarlos de una vez y para siempre.